Decídete
Los seres que triunfan en la vida, en cualquier aspecto, son los que tienen la audacia de decidirse a salirse del anonimato, ya sea en sus trabajos, en sus hogares, en la ciencia, en donde sea.
Y tú, ¿por qué no te decides a ser mejor?
Decídete a adentrar en tu alma y reconocer tus faltas.
Decídete a corregir tus errores y reconocer que no eres infalible.
Decídete a aceptar que hay otros dignos de ser imitados.
Decídete a aceptar lo que la vida te ofrece.
Decídete a no exigir de los demás lo que no pueden darte.
Decídete a amar todo cuanto te rodea.
Decídete a aceptar a tu familia como es.
Decídete a gozar en tu trabajo.
Decídete a pensar que nada puede derrotarte.
Decídete a olvidar tus penas y escuchar las de otros.
Decídete a ordenar tu vida.
Decídete a disciplinar tu horario.
Decídete a vivir sin precipitación.
Decídete a no perder el tiempo en tonterías.
Decídete a reconocer tu insignificancia.
Decídete a no estar criticando y juzgando los defectos de otros.
Decídete a tener voluntad para llegar a la meta que te has trazado.
Cuando te hayas decidido a esto, habrás dado un gran paso de ascenso hacia tu felicidad y la de todos cuantos te rodean, porque sentirás tu vida llena de paz y ellos sentirán como un aroma la fragancia que exhalará tu decisión de ser mejor.
¡Sólo las almas mediocres no aspiran a superarse!
